lunes, 20 de septiembre de 2010

Moscas

Caminaba sobre el pasto amarillo por el luto del deshielo. Cruzaba arroyos que volvían a renacer. Sentía como el Sol se reencontraba con la tierra y con mi cuerpo. Iba empujando la carreta intentando que no se voltee, uno de los cuerpos estaba mal colocado y me hacía contrapeso. Tenía que llegar rápido antes que las moscas se posen sobre mí. Las odio.

El mercado estaba atestado de gentes. La venta de cadáveres cada día se hacía más popular. Por todos lados habían carteles y voces que gritaban “¡Cuatro dedos por 5 chelines!”, “¡Vendo cabeza aria a buen precio!”, “¡Pies sin callos y de uñas pintadas por aquí!” que te quemaban la cabeza. Mi puesto era el anteúltimo. Sentía como mis hombros estaban por desprenderse, no podía parar se hacía tarde… esas malditas moscas. Las odio.

Hoy es un día importante, un buque de extranjeros viene al mercado y pagan muy bien. Me había vestido con mis mejores ropas, pero en el camino se me fueron llenando de todo tipo de mugre. Por fin llegué al puesto donde mi señora me esperaba con impaciencia. Colgamos los cuerpos. Buena mercadería había conseguido en el campo. Cuerpos de todo tipo. Hasta tenía una con siliconas, esa se vende seguro.

Escuchamos la bocina del puerto y acto seguido el chillido de las puertas de metal que se abrían para dar paso a la bandada de señores y señoras con dinero. Se mezclaron en la multitud rápidamente, los gritos se hacían cada vez más fuertes y esas malditas, endemoniadas moscas. Las odio.

Vendimos casi todo, nos quedaron tres dedos gordos del pie, uno meñique y un par de glúteos. Maravilloso día, salvo que mis brazos están por ceder y desprenderse del todo. Con el paso de los años de tanto llevar la carreta se me fueron despegando, ahora cuelgan de un hilo. Con la plata de hoy pienso arreglármelos antes de que se me caigan y mi mujer los venda, a ella también la odio. Es peor que esos insectos de Satanás. El vecino me dijo que la descuartice y la venda, es un rito muy popular por estos pagos, pero me da pena es muy idiota, no se merece ni la muerte.

La muy imbecil se gastó la plata en chucherías, no me alcanza para mis brazos. Mientras dormía se me terminó de salir el izquierdo, ahora no puedo ir a trabajar. No se como voy a salir de esta. Por ahora lo tengo pegado con cinta para que la estúpida de mi señora no lo ponga en la caja de las ofertas.

Hoy a la tarde se me salió el otro brazo, no me lo puedo pegar porque el otro no me funciona. Me da miedo decirle a mi mujer. Estoy seguro que los va a vender.

Me escapé, la pelotuda de mi señora me persiguió para robarme mis extremidades y me escapé. Estoy escondido en una cueva. No tengo en quien confiar. Realmente el negocio de los cuerpos es muy inhumano, todos se quieren sacar los ojos, en mi caso los brazos.

Me desperté después de haber pasado una noche horrible. Se me esta descosiendo todo el cuerpo, faltan muy pocas horas para que alguien me encuentre y me venda al mercado, espero que no me compre mi mujer.

Ya están llegando esas moscas horripilantes. Las odio, dios como las odio.

Me encontraron.

babi (19 de agosto de 2010)

martes, 7 de septiembre de 2010

Áltero Amor


Mire las nubes

y sólo eran nubes.

Volví a quebrar mi nuca,

encontré más nubes.

Ya no era ese el lugar,

vos ya no estarías ahí.

Estabas en el calor de la calle,

parecido y ajeno a mí.

Tenías un cuerpo,

grande, con pelos.

Un cuerpo que desee,

lo elegí, lo obtuve.

Estás al lado mío.

Ya el aire dejó de ser,

ahora sos tan real como hermoso.


Mujer M 10

domingo, 29 de agosto de 2010

Madre Revolución

La habitación resplandecía en blancos. La niña acariciaba suavemente la mano arrugada, blanda, suave y casi helada de la anciana. El contacto con esas manos, el recuerdo de esas manos antes tan cálidas, ahora tan frías, era de una ternura angustiante. Jamás la olvidaría.

Le hablaba en susurros para no despertarla. Le contaba las historias de la revolución para no dejarla dormir eternamente, las mismas que escuchaba de más pequeña. Paradójico era que los mismos cuentos una vez contados para dormir sean hoy contados para despertar. Inagotable deber de susurrar historias. Capaz si las hubiera contado de otro modo, si las hubiera gritado, si las hubiera cambiado, si hubiera inventado otras el final no sería tan obvio, tan evidente.

Los dedos dejaron de moverse al sentir que esa piel tan maravillosa se convertía en hielo. Pequeñas gotas tristes recorrían un camino ya conocido por el rostro de aquella niña. Los murmullos no cambiaron la verdad. Las gotas seguían brotando, como brota el agua del cielo. Aprendió que las memorias han de gritarse para despertar las mentes cansadas de tanta miseria.

Secó sus lágrimas, no había más tiempo para ellas, buscó su fusil olvidado, un lápiz, un cuaderno en blanco y abandonó la habitación para siempre.


babi 29.08.10

domingo, 22 de agosto de 2010

Fragmento: "Los Pasos Perdidos" de A. Carpentier


Estas reflexiones me llevaban a pensar que la selva, con sus hombres resueltos, con sus encuentros fortuitos, con su tiempo no transcurrido aún, me había enseñado mucho más, en cuanto a las esencias mismas de mi arte, al sentido profundo de ciertos textos, a la ignorada grandeza de ciertos rumbos, que la lectura de tantos libros que yacían ya, muertos para siempre, en mi bibloteca. Frente al Adelantado he comprendido que la máxima obra propuesta al ser humano es la de forjarse un destino. Porque aquí, en la multitud que me rodea y corre, a la vez desaforada y sometida, veo muchas caras y pocos destinos. Y es que, detrás de esas
caras, cualquier apetencia profunda, cualquier rebeldía, cualquier impulso, es atajado siempre por el miedo. Se tiene miedo a la reprimenda, miedo a la hora, miedo a la noticia, miedo a la colectividad que pluraliza las servidumbres; se tiene miedo al cuerpo propio, ante las interpelaciones y los índices tensos de la publicidad; se tiene miedo al vientre que acepta la simiente, miedo a las frutas y al agua; miedo a las fechas, miedo a la leyes, miedo a las consignas, miedo al error, miedo al sobre cerrado, miedo a lo que pueda ocurrir.


A veces es mejor citar a los grandes...

viernes, 2 de julio de 2010

El inescrutable

El viejito estaba espiándose por la ventana. Se miraba mirar la tele. Se miraba rascarse el ombligo, amaba por sobre todas las cosas rascarse el ombligo, la sensación del dedito que iba y venia dentro de ese misterioso orificio del ser humano. Se veía a si mismo viéndose. Que susto se llevo el viejito sentado, viéndose como se espiaba por la ventana. Que risa tenia el viejito mirándose desde la ventana asustarse ahí en el sillón.
Murió de risa el viejito que se pispeaba, murió de susto el viejito pispeado.


babi 2.07.10

lunes, 31 de mayo de 2010

¿Qué hubiera sido de mi vida sin…?

Caminaría por una calle vestida de hojas, pisando cada una de ellas, oyendo los ruidos de algunas, los silencios de otras, para cruzar a contemplar por unos minutos un paisaje, cualquiera que sea, una plaza, una parte de la ciudad, un río, cualquiera que sea, que llevarían a mi boca palabras que no tendrían oído de llegada. Serían las palabras en sí mismas.
Me pondría cada remera, cada pantalón, cargados de modas para un espejo vacío de significados. Preguntándome porqué me siento parecida a fantasmas, respondiéndome con la misma pregunta, llenando mis ropas de dudas solitarias.
Miles de fotos blancas, sin sonrisas memoriosas, que dibujaría para sí, para ellas, para que existan en fantasías artísticas. Las colgaría, las mostraría a la nada, se añejarían para nunca invocar.
Innumerables mates herejes de su cultura intrínseca. Preparados con gran paciencia y meticulosidad para caer en la inmediatez de ser tomados. Rodeados de ausencia.
Y con cada lágrima desperdiciada a las nubes nunca aprendería qué es el llanto. Nunca sabría el porqué de mis angustias y tristezas. Me atravesarían sin dejarme “un algo”, tal vez una prueba más de que hay una gran falta.
Soñaría con ustedes, serían mi deseo prohibido, aquel del que no se habla, aquel que no se nombra, aquel que no debería sentirse. Las recrearía jugando conmigo en calesitas, bailando conmigo en un boliche, dándonos besos prohibidos. Haría con ustedes todo aquello vedado del amor.
Y entonces a ello me dedicaría en una vida que no sabría que sería sin ustedes. Viviría en una fantasía para que sean.

Mujer M. 10

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Fue esa tarde de lluvia sin gotas cuando mostraba a nadie esa foto en blanco.
- ¿Acaso tú no sabes reír, no sabes llorar? ¿No sabes?
Levantó la vista y miró esa cara sin rostro, esa sonrisa sin risa.
- No se reír, no se llorar, no se.
Absorbió lentamente el mate vacío mientras se observaba a través de sus parpados en el espejo sin reflejo. Si apretaba bien los ojos podía vislumbrar su cutis de porcelana. Esa aterciopelada piel no era producto de cremas y pepinos. Al igual que Dorian Grey a su cuerpo el tiempo parecía haberlo olvidado. Vivía siempre permaneciendo, estando, sin permanecer, sin estar.
- ¿Acaso tú no sabes reír, no sabes llorar? ¿No sabes?
Sin poder hallarse se vistió con ropas.
- No se reír, no se llorar, no se.
Por eso su cara no tiene arrugas.
Cuando dormía soñaba una vida rugosa. Su cara se marchitaba. Entre los pliegues se escondían risueñas las lágrimas y húmedas las risas de toda la vida no vivida. Entonces ya nadie le preguntaba.
- ¡Tu sí que sabes reír, sí que saber llorar! ¡Sí que sabes!
- Sí que se reír, sí que se llorar, sí que se… pero solo en sueños, allí donde están ellas.

babi 10

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¿Quiénes son ellas? ¿Dónde están? ¿Qué estarán haciendo en este momento? Las haría bellas, interesantes, únicas, incompletas…Una se erizaría en agudos que se deslizarían sobre madera para caer en el piso nevado de resina. La otra, vuelta a la niñez, se vestiría en manchas de colores, crearía vestidos de tela para cuadrados de madera. Yo, con mi presencia, estaría. Mi cuerpo serían dos orejas y dos ojos, escucharía las melodías mientras contemplaría los bosquejos. No serían ustedes mi sueño, compartiríamos uno, y miles. Mil y un sueños tendríamos.

Mujer M.10

lunes, 12 de abril de 2010

jueves, 18 de marzo de 2010

Violín



Dosientas cerdas acarician las cuerdas.
Irrumpe el sonido.

................ éxtasis ..................

Se revuelven tus entrañas.
Se eriza cada pelo de tu cuerpo.
Marea... divierte...
Se alejan las cerdas.
Permanece la sensación vestida de recuerdo.

... delicioso ...

babi. 10

lunes, 22 de febrero de 2010

¿Arte digital?



Título: InterruptoR
Actriz: Lámpara de techo de mi cuarto
Música: John Corigliano (BSO de "The Red Violin")
Fotos y edición: babia
22.02.10

Bien al estilo nico Nuca...

viernes, 5 de febrero de 2010

El Final

Ansiedad, intriga, ansiedad, intriga, más ansiedad, más intriga. Devoraba las letras, las palabras, las páginas una por una con una paciencia voraz. Por fin el momento esperado, derramaba la última lágrima cuando cerró el libro. Miró detenidamente la contratapa, disfrutando ese minuto único e irrepetible. Después no supo que hacer, sentía como iba cayendo en un vacío oscuro, infinito.

Murió, se repetía incansablemente. Murió y tal como le había dicho el que decía ser su padre, murió arrepentido. Esas palabras eran las que de su mente salían. No quedaba nada.

Tanteo con una mano para buscar sus cigarrillos. Se prendió uno, se prendió otro. Su cuerpo era un hueco que inhalaba y exhalaba humo.

Esa palabra terminante no dejaba de repetirse.

- Murió… murió…

El olor al tabaco inundaba la habitación. Los ojos llorosos, no se si por el humo o la tristeza, miraban algo invisible ubicado entre el aquí y el allá.

Sus músculos petrificados en un pensar perenne, imperecedero, extinto. Intentó moverse pero su cerebro no pensaba en otra cosa que no fuera ese concluir.

Un mosquito perdido en la niebla del cuarto empezó a distraer el pensamiento. Se vio a si misma pensando otra cosa.

-Murió… ¿Quién? ¿El mosquito?

Se disiparon los pensamientos en el aire espeso. El silenció mutó en ruidos simultáneos, la lluvia, el zumbido del insecto salvador, el teléfono que sonaba, el ventilador y toda la barahúnda de lo cotidiano. El vacío se lleno de otro vacío, pero este último ya conocido. Se levantó para abrir la ventana y dejarse llenar por las gotas de agua que caían. Sonrió porque había llegado al final.

babia. 10

martes, 2 de febrero de 2010

Cita de Cortázar de Las babas del diablo

"nada más que dejandome ir
en el dejarse ir de las cosas,
corriendo inmóvil con el tiempo"