domingo, 9 de agosto de 2009

lAs CaBEzAs dE mUñeCo.

Las cabezas de muñeco colgaban por todos lados. El Mister estaba aburrido y las contó, cincuenta y nueve había, ni una más ni una menos. ¿De dónde mierda habían salido esas cosas? El Mister no se inmutaba, lo aburrían enormemente y sin embargo no podía dejar de contarlas una y otra vez.

- Cincuenta y siete, cincuenta y ocho, cincuenta y nueve.

- Uno, dos, tres, cuarto, cinco, seis, siete…. cuarenta…. cincuenta…. cincuenta y siete, cincuenta y ocho, cincuenta y nueve.

Buscaba, sin ningún apuro, en su memoria ese número. Cuando estaba por dar en la tecla volvía a contar.

Tediosa tarea la del Mister, lo abstraía por completo. Pobre, pobre Mister, nunca nadie le dijo feliz cumpleaños. Por dos palabras mudas, que nunca se dejaron oír, quedó suspendido en el inmarchitable contar.

- Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez… veinte… treinta… cuarenta… cincuenta, cincuenta y uno… cincuenta y ocho… cincuenta y nueve cabezas de muñeco.


Uno, dos, tres, cuatro… cincuenta y nueve cabezas de muñeco.

Uno, dos, tres… cincuenta y nueve cabezas de muñeco.

Uno, dos… y nueve cabezas de muñeco.

Uno… cabezas de muñeco.

…. muñeco.



Bc. 09'

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